miércoles, 8 de mayo de 2013

Todo tiene solución

Suele pasar, que a veces los dedos se nos vuelven de mantequilla y cuando más firme debemos tener el pulso, pues ocurre lo siguiente:





Colgante roto...¿y ahora qué? Tirarlo es una pena, pues está nuevo, así que hay que buscar alternativas (sí o sí porque yo no tiro nada sin antes intentarle dar una segunda vida).

Con rocallas, un poquitín de fieltro, una cinta, hilo y mucha paciencia: 






¡Colgante arreglado! Lo recubrí de rocallas por todo el contorno, aunque en la foto no se aprecia bien. Comparándolo con el colgante original, el de ahora me gusta más.